sábado, 8 de septiembre de 2007



Puede una gota de lodo
sobre un diamante caer;
puede también de este modo
su fulgor oscurecer;
pero aunque el diamante todo
se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno
no perderá ni un instante,
y ha de ser siempre diamante
por más que lo manche el cieno
.

Rubén Darío

1 comentario:

Anabel Vera dijo...

estaba buscando este poema hace tiempo y ahora he tenido la oportunidad de leerlo en esta pàgina quisiera saber a que libro de dario pertenece pues soy una fanàtica de este poeta anabel vera suarez